febrero 6, 2023

SER UNA EMPRESA SALUDABLE

La salud es el bien más preciado de cualquier ser vivo, especialmente si consideramos la amplitud de su concepto:

La salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”

Partiendo de esta definición, podemos entender la salud como una situación en la que encajan distintos factores que no solo son sanitarios, sino también factores sociales y  de recursos. ¿ Y cómo trasladamos la salud en su más amplio concepto a las empresas? ¿ Qué son las empresas saludables?

Las empresas saludables son aquellas que aúnan los esfuerzos de empresarios, trabajadores y de la sociedad para mejorar el bienestar y la salud en el entorno laboral.

Una empresa saludable valora a cada uno de los empleados dentro de su organización y se preocupa de  garantizar su calidad de vida, su bienestar y su salud, y no sólo a nivel físico, sino también emocional y mental.

Para que una empresa consiga ser saludable, debe saltar del estadio básico y convencional de la prevención de los riesgos laborales, al plano de otros factores que engloban la salud integral del trabajador. Destacamos los siguientes factores claves en los que las compañías pueden enfocarse para lograrlo:

  • Trabajar en el liderazgo efectivo: los líderes al frente de organizaciones saludables son capaces de tomar decisiones a favor de los intereses de la empresa y de sus trabajadores y tienen la habilidad de saber transmitir a sus empleados, la visión, la misión y los valores de la empresa, consiguiendo así alcanzar los objetivos del negocio.
  • Fomentar la comunicación fluida y honesta: Una empresa saludable sabe generar un clima de confianza mutuo entre directivos y trabajadores, en el que la comunicación es directa, sincera, y respetuosa y dónde los conflictos se intentan abordar y solucionar de un modo abierto, transparente y honesto.
  • Aprendizaje continuo: las empresas saludables son muy conscientes de que la formación continua de sus empleados es la clave para mantener actualizado su talento y sus capacidades. Por ello facilitan todas las medidas a su plantilla para que sigan formándose y puedan trabajar mucho más motivados.
  • Trabajo en equipo: Los directivos de las organizaciones saludables fomentan el “ Team Building ” y saben recordar a sus empleados que los mejores resultados se obtienen con la unión de las fuerzas y  de las capacidades individuales. Igualmente, ellos deben poner a disposición de su equipo todos sus conocimientos y habilidades para que los trabajadores puedan recurrir  con total confianza a ellos cuando lo necesiten.
  • Conocimiento y reconocimiento: En una empresa saludable tanto lideres como trabajadores saben que forman parte de un equipo humano que es el que da vida al negocio. Ambas partes deben trabajar la escucha activa,  la asertividad y la empatía e intentar familiarizarse con las necesidades y objetivos personales y laborales de cada uno. Es muy importante también, el saber brindar comentarios positivos y reconocer los logros individuales o de equipo, para motivar el espíritu de la superación y mantener el interés en el trabajo.
  • Flexibilidad laboral: Las empresas saludables ofrecen a sus trabajadores horarios flexibles que les facilitan la conciliación laboral y familiar. Brindan además,  otras posibilidades de trabajo más allá de la presencial, como el teletrabajo, o el modelo híbrido que alterna el trabajo presencial con el teletrabajo.

¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE SER UNA EMPRESA SALUDABLE?

Implementar un modelo de empresa saludable genera múltiples beneficios y supone una estrategia de diferenciación de la empresa.

Estos son los principales beneficios:

  • Reducción de la siniestralidad: Los entornos laborales sanos y seguros reducen los accidentes laborales, las enfermedades profesionales, y el absentismo. Con ello se consigue un importante ahorro,  minimizando los gastos de bajas, sustituciones o vacantes.
  • Aumento de la productividad: El resultado de empleados que se sienten respetados, valorados y considerados, es una mayor eficiencia que directamente aumenta su productividad y finalmente se traduce en ganancias financieras para la empresa.
  • Calidad y reputación: Las organizaciones saludables motivan a los empleados a producir y ofrecer productos y servicios de máxima calidad. Esto implica una mejora de la reputación comercial y un aumento del valor de la empresa que también impulsa la atracción de nuevos talentos cualificados hasta la empresa.
  • Mejora de la imagen corporativa: Los trabajadores que forman parte de una entidad saludable, van a realizar siempre una proyección muy positiva de su empresa. Igualmente, los clientes y los proveedores que colaboran con empresas saludables se harán eco de este factor y la empresa puede convertirse en un referente en su sector y en la sociedad, siendo cada vez más atractiva para los profesionales.
  • Retención del talento: Las empresas saludables presentan una menor rotación laboral ya que al motivar a sus empleados, éstos muestran una mayor lealtad y admiración hacía su empresa. Esto supone una importante reducción de costos en Recursos Humanos destinados a la captación y la contratación. Una empresa saludable sabe mantener el talento y sigue creciendo gracias a él.

Nos encontramos en un momento histórico de transición y de cambios. Si la cultura empresarial consigue captar está nueva visión de la salud en el ámbito laboral e implementar todos sus valores, los logros serán muy valiosos tanto a nivel humano como a nivel económico.